En estas fiestas solemos pensar en Jesús como un niño, pero él ya no es un niño se ha convertido en un hombre.
Jesús vino con una misión en la tierra, el vino a morir por nosotros; como dijo en Marcos 10:45 hablando de su misión: "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos."
Jesús tenía un propósito supremo para venir al mundo, y ese propósito fuiste tú.
Mucha gente me dice, "pero Jesús murió por todos"; si eso es cierto, pero tu eres parte de todos, y Jesús vino a morir tanto colectiva como individualmente por ti.
En Apocalipsis 3:20 dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo."
En el cuadro que he colocado verás que la puerta que Jesús toca no tiene ninguna manija para abrirla exteriormente; y esto es porque quien tiene la llave para abrir la puerta de tu corazón eres tú.
Jesús te ama y te respeta y no entrará a tu vida a menos que tu le abras la puerta y lo dejes entrar.
Por eso en esta navidad, entrégale tu corazón a Jesús, no solo al niño que nació en Belén sino al hombre que murió en la cruz por ti.
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