Vivimos en el 2008, en una de las peores crisis económicas de las que se tenga historia, las bolsas han caído, los mercados tambalean, hasta las economías que se basaban en el petroleo están en problemas, ya que el petróleo bajó a la cuarta parte de su nivel de mediados de año.
Pero eso no significa que estas vayan ha ser nuestras peores navidades, la navidad no tiene que ver con las cosas que compramos ni consumimos, no son los regalos ni tampoco la cena, no son los árboles ni tampoco las luces; la navidad es mucho más que eso.
La navidad trata acerca de Jesús, el Cristo, el Salvador del mundo; celebramos su entrada a esta tierra para morir por nosotros en esa cruz.
Por eso estas navidades no celebremos la crisis, celebremos a Cristo.
Celebremos el amor tan grande de Dios que envió a su Hijo para dar su vida en rescate nuestro, porque la voluntad de Dios siempre ha sido que nadie se pierda sino que todos procedamos al arrepentimiento.
El mundo está en crisis, la economía está en crisis, las familias están en crisis, los valores están en crisis, pero tenemos la oportunidad de salir de la crisis y estar en Cristo.
Él está hoy día tocando la puerta de tú corazón, esperando que se la abras, que lo recibas hoy en tu corazón, hazlo hoy para que ya no estés en crisis sino para que estés en Cristo.
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